La producción de bienes de capital -los edificios, las máquinas y las infraestructuras que utilizamos – consume 7,2 millones de toneladas de recursos al año.

Se trata de productos que se diseñan, construyen y adquieren para perdurar, y que a menudo permanecen en uso durante varias décadas, por lo que la industria de bienes de capital puede ofrecer importantes lecciones para la transición a una economía circular.